martes, 25 de febrero de 2014

La dependencia de las nuevas tecnologías


Me encantaría hacer una pequeña reflexión sobre lo que hablamos el otro dia en la clase de las TICs. Estuvimos hablando un poco sobre la dependencia que tenemos hoy en dia de las redes sociales y cómo no, de las tecnologías. Así que me he tomado la libertad de dedicarle unas cuantas líneas a ese tema que me parece de lo más interesante.

Vivimos en una época, donde todo lo que nos rodea tiene que ver con la tecnología. Tenemos ordenadores, televisores, móviles, tablets, ipods... Todo es tecnología. A esto hay que sumarle la otra dependencia y necesidad muy presente hoy en dia, Internet. Está claro que no podemos hacer nada sin él. Sobrevivimos gracias a él y si un día desapareciera los empleados de las empresas se quedarían sin trabajo por ejemplo, y el buscar información en los libros seria todo un reto. Esto nos ha creado a tal dependencia que ya no nos valemos por nosotros mismos.

¿Seríamos capaces de decir ciertas cosas a las personas si no existieran las redes sociales? Está claro que no, todo es más fácil cuando no tienes a la otra persona cara a cara y, entonces, nos volvemos más valientes, o más idiotas dependiendo el punto de vista de cada uno. Una de las principales razones por la que preferimos decir ciertas cosas por facebook, twitter, tuenti... es porque evitamos la posible reacción de la otra persona. Nos da miedo como puede llegar a reaccionar él o ella sin darnos cuenta que la reacción mediante un mensaje de estas redes sociales pueden ser mucho peor ya que se mal interpretan muchas cosas.

Claro ejemplo, el Whatsapp. Un medio de comunicación bastante nuevo donde podemos comunicarnos con la otra persona "gratis" y con facilidad (digo gratis porque para tener whatsapp necesitas internet y eso sube el precio de la factura). Esta nueva aplicación nos controla aunque no nos demos cuenta y también controla nuestro estado de ánimo. Si nos escriben en MAYÚSCULAS, nos están gritando, si nos escriben una frase con tres puntos al final, sabemos que le está sentando mal lo que le estás diciendo, si escribimos sin emoticonos, somos bordes y así con una larga lista. Tenemos tanta dependencia de esto que si no contestamos inmediatamente nos volvemos ignorantes. Ya nadie nos da la opción de pensarnos la respuesta o de contestar más tarde porque nos da la gana. No. Las cosas hay que hacerlas al momento. Esto quiere decir que nos gusta la inmediatez, que es igual a no ser pacientes.

Atada con esta idea del control pero centrándome en otra cosa, me quiero centrar un poco en lo que está pasando hoy en día. Una de las muchas preguntas que se hacen las familias es ¿Deberíamos controlar en qué páginas se meten en nuestros hijos?, ¿Deberíamos saber con quién chatea y con quien queda?. Si para esto tenemos en cuenta que muchos de los niños que han sufrido bulling lo han recibido a través de redes sociales (Civerbulling), puede que muchas familias tengan clara la respuesta.

Pongamos un ejemplo: Supongamos que en mi clase, yo como futura docente tengo un alumno que es más calladito que el resto, que no participa tanto en las actividades grupales, que no se relaciona mucho con sus compañeros y todas esas pequeñas cosas que puede tener un niño cualquiera, y me doy cuenta de que a ese niño nadie lo escoge a la hora de hacer grupos y que nadie muestra interés por él. Yo como buena profesora, decido hablar con sus padres y comunicarles lo que está pasando en clase.

Estos padres, al llegar a casa hablarán con su hijo y le preguntaran si tiene algún problema, pero este por miedo no dirá nada y los padres preocupados deciden encender su ordenador donde tanto tiempo pasa y echarle un vistazo rápido a todo el contenido necesario. ¿Hasta dónde tienen que respetar esas familias la privacidad de sus hijos?

Rastrear a alguien y buscar información sobre desconocidos es muy fácil, lo sé hacer hasta yo, la misma chica que no sabía utilizar una pizarra digital en la presentación de la primera clase. Estamos controlados sin darnos cuenta, hasta el buscador más famoso del mundo, Google, nos controla. Basta que veamos un anuncio sobre ropa para que toda la publicidad de las páginas siguientes sea sobre ropa. Y esto no es todo, youtube también registra todo el tipo de música que nos gusta escuchar, y sin darnos cuenta, coloca canciones del mismo tipo en la página principal, a cada uno acorde con sus gustos para que se ahorre el buscar. Si no me creéis, haced la prueba, ¡¡¡estamos más controlados de lo que creemos!!!

1 comentario:

  1. ¡Cuánta razón tienes!! Es verdad, a veces de hasta un poco de miedo pensar en lo controlados que estamos. Tus ejemplos son buenos, y podríamos dar muchos más, pero las nuevas tecnologías no tienen porqué ser malas, al final depende de quién y cómo se manejen, por lo que lo correcto sería afirmar que lo imprescindible es saber gestionarlas, como todo en la vida...

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